El cuerpo causal es el primero de los tres cuerpos superiores. Éste está formado desde el alma, es parte de ésta, están unidos.
El cuerpo causal no lo podemos notar con los sentidos, pensamientos, intelecto, memoria o incluso con el ego. No se puede expresar qué es. Se manifiesta cuando todos los anteriores se sobrepasan y la persona «es» y se convierte a través de la transformación divina.
El cuerpo causal
La cosa se complica, «poned atención»: toda nuestra vida depende de este cuerpo y de la respiración. Ésta va unida a él porque es el alimento del alma, el aliento, lo primero que hacemos al nacer y lo último cuando morimos. Es la verdadera causa de todo. Archiva, lo que hacemos en esta vida y en las anteriores, el verdadero motivo del «por qué» hacemos las cosas, son los archivos akásicos. Reúne las experiencias positivas y, por otro lado, también archiva las «malas experiencias», causadas por acciones erróneas, que deben ser purificadas y transformadas actuando como causas para las vidas futuras.
Pongo un ejemplo: yo actúo de manera falsa y haciendo daño a una persona para conseguir lo que quiero, el verdadero motivo, el motivo ulterior, es «trepar» en mi trabajo a consta de su confianza, le hago entender, a la otra persona, que soy su amiga para que me ayude, consiguiendo que confíe en mi. Una vez que lo he conseguido se acabó la amistad y contacto con la persona sin importarme si le he hecho daño. Como el dicho popular que lo define muy bien: «una vez conseguido, me voy por donde he venido» o «promete, promete hasta que lo mete, una vez metido se olvidó de lo prometido». Si reconozco mi sucia acción y el motivo del por qué lo hice debo transformarlo, limpiarlo y solucionarlo. ¿Como lo transformo? : Reconociéndolo , perdonándome a mi mismo y pidiendo perdón a la otra persona, de verdad, desde el corazón. Si no lo hago se archivará como mala acción con su carga.
Uniendo cuerpos
La chispa nace en el cuerpo causal: causa de una acción que pasa al cuerpo mental, desde los archivos akásicos o desde la «fuente, Dios, Todo, YO»; esa semilla se posa en el cuerpo mental generando un pensamiento, positivo o negativo; del cuerpo mental pasa al astral y genera una emoción, positiva o negativa según el pensamiento; la vibración de la emoción pasa al cuerpo etérico, éste se fisura o se refuerza según sea positiva o negativa; al final pasa la vibración del cuerpo etérico al físico, haciéndolo enfermar si la energía es baja o sanar si es alta.
El cuerpo causal tras la muerte
El cuerpo causal se queda igual tras la muerte, no se deshace, guardará la última experiencia de vida, con las anteriores, en los archivos akásicos, de esta manera sabrá qué cuerpo utilizar para que el alma viva la experiencia siguiente. Solo cuando el alma se libere totalmente de sus cargas mentales, emocionales, energéticas y causales, desaparecerá.